Algunas veces no es posible. Nos hemos acostumbrado, aletargadamente, a vivir en el desconocimiento de quiénes fuimos y de nuestros propios poderes. La magia nos resulta esquiva, salvo a unos pocos gremios elegidos que han sabido mantenerla a duras penas con hechizos que, en otras circunstancias, serían de simple principante.
Lo intentamos y fallamos, Yasihlab nos volvió a derrotar, su poder fue más grande que nuestros 4 clanes combinados. Y, como consecuencia, volvimos a las guerras intestinas entre gremios por un resquicio de preeminencia sobre los demás.
Y fue cuando la encontramos, la profecía sobre el retorno de la magia y la derrota final de Yasihlab. Se acerca la fecha, debemos prepararnos. Nos jugamos mucho más que nuestra propia vida, nos jugamos una eternidad de ignorancia y oscuridad. Nos jugamos nuestra propia alma como civilización.